Un NaNoWriMo, medio NaNoWriMo y ninguno en absoluto.

Terminó NaNoWriMo. No gané. Tampoco perdí.
Me explicaré. Gráficamente, esta vez.
Esto es lo que ocuparían 50.000 palabras.
Más o menos el Moleskine Negro (el de detrás) y la mitad del Moleskine rojo.
A un ritmo de 1.600 palabras desde el día 1 al día 15 de noviembre, que fue cuando me desinfle, junto  con algún arrebato de culpabilidad de unos pocos cientos de palabras, se obtiene un total de 23.856 palabras.
Esto:
Evidentemente, medio cuaderno no impresiona tanto como uno y medio. Pero si no hubiera hecho nada, esto es lo que tendría:
Es mucho más descorazonador que medio Moleskine.
El caso es que me quedé a mitad del capítulo 7 y dejé a mis personajes ocupados robando un globo aerostático poco después de haber saltado de un tren en marcha.
Debo confesar que el globo no entraba en mi esquema original. La idea ni siquiera fue mía. Fue un "dare me" del "young writers program" (http://ywp.nanowrimo.org/). Algo así como un "rétame". Haces clic y la máquina genera un disparate argumental que no hay por donde coger pero que enrevesa el argumento de tal forma que te hace ganar unas cuantas páginas más.
¿Qué mas he aprendido este año?
He aprendido que no es bueno saltarse ningún día la dosis de palabras recomendadas. 1.667 palabras no suponen mucho esfuerzo, pero 3.334 sí.
Y he aprendido que internet está lleno de programas y páginas que crean ruido ambiente. De este modo es posible escribir con el ruido de la lluvia en un día soleado o escuchar el piar de los pájaros y el sonido de la brisa en la playa cuando fuera lleva tres días lloviendo.

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