Ignatius Ignat, Satisfactor de necesidades.

¡Buenos días, caballero! 
Permita que me presente. Me llamo Ignatius Ignat. Satisfactor de necesidades. ¡Cuidado con la puerta, caballero, que se cierra! Considérese afortunado de tenerme aquí porque estoy para lo que usted quiera. Pida, caballero, que en este maletín llevo de todo: exilixires para el mal aliento, que no es su caso; peines masajeadores del cráneo, perfectos para calmar los dolores de cabeza.. ¡La puerta, caballero, que se vence hacia fuera! Mire mi traje, no se mancha ni se arruga ¿no es una maravilla? Tengo retales en el maletín, si quiere verlos. De todos los colores y texturas. Tengo plumas de primera calidad para escribir en papel de primera calidad, que también llevo.  Incluso guardo bisagras reforzadas para esta puerta que se le cierra. Tengo todo lo que usted pueda necesitar y si no lo tengo, se lo consigo. Dígame, caballero, ¿Qué es lo que usted necesita?...¿Nada?...¿Lo dice en serio?...Nada... 
¡Oh, caballero, me hace usted el hombre más feliz del mundo! Y yo a usted el más afortunado, sin duda. Y es que en este maletín también llevo nada. ¿Cuánta quiere? Se la puedo vender por metros, por litros o por kilos. Puedo proporcionarle kilómetros de nada, mares de nada, toneladas de nada. Es más, por ser usted y porque me recuerda a un amigo muy querido, le dejaré el kilómetro de nada al precio del metro de nada y la tonelada de nada al precio del kilo de nada. Dígame, caballero, ¿cuánta nada desea? No irá a dejar pasar una oportunidad así...

Comentarios

Entradas populares