Instrucciones para llegar tarde al trabajo

En primer lugar, acuéstese a su hora habitual. Una cosa es llegar tarde al trabajo y otra muy distinta es llegar hecho unos zorros. Así pues, no trasnoche. No es preciso.
Sin embargo, para llegar tarde al trabajo sí es indispensable disponer de un reloj de repetición. Póngalo a la hora deseada y cuando suene, apáguelo. El despertador volverá a sonar al cabo de unos minutos. Ápáguelo de nuevo. Repíta la operación tantas veces como considere necesario cada vez que el despertador suene y deleitese en el amodorramiento que precede al despertar.
Una vez en pie, trastabille pasillo abajo hasta la cocina. Una vez allí no lo dude: cocine su desayuno. Olvide los cereales y la leche. Recuerde que deseamos llegar tarde al trabajo. Así pues, tueste sus tostadas, fría algo de panceta, muela su propio café y si tiene oportunidad, pasteurice la leche usted mismo. Verá que no hay nada tan gratificante como preparar el propio desayuno mientras el reloj nos acompaña con su tic tac.
Una vez que lo tenga listo, sírvalo en una bandeja y siéntese delante de la televisión. Tómese su tiempo en elegir el canal apropiado. Yo recomiendo recorrerlos todos. Gracias a las últimas tecnologías dispondrá usted como mínimo de una veintena larga de canales para elegir.
Ponga mimo en su vestuario. No vale cualquier cosa. Debe combinar y ser cómodo a la par que elegante. Acicálese con no menos cuidado. El grosor y la elaboración del maquillaje pueden variar de una a otra persona. Pero recuerde que guardan una estrecha relación con el tiempo: cuanto mayor sea la capa de maquillaje que aplique, más tarde llegará. 
Si es usted un lector, no deseche la utilidad de un buen maquillaje para aumentar los minutos de retraso. Puede rizarse las pestañas con esmero. De este modo no sólo llegara tarde a trabajar, sino que lo hará con una mirada despejada, vibrante, fresca y juvenil.
Si tiene la suerte de tener un perro, sáquelo a pasear todo el tiempo que él quiera. El animalito no tiene por qué verse privado de su paseo matutino por el hecho de que usted llegue tarde.
¿Ya está casi listo?
Bien. No olvide dedicar unos minutos al calzado y a escoger la ruta más adecuada. Si está lloviendo cálcese unos buenos tacones. Garantizan varios resbalones que, sin duda, le harán perder más tiempo. Si no llueve, no se apure. Cálcese igualmente los tacones más altos que tenga y ponga cuidado en pisar cuantas alcantarillas vea. Y si puede llegar al trabajo por una calle adoquinada, no lo dude. ¡Qué es un esguince comparado con la dicha de ver cómo el tiempo corre y usted acumula más y más retraso!
Si sigue todas estas sencillas instrucciones le garantizo un retraso diario de no menos de media hora. 
Será usted la envidia de sus compañeros y causará admiración en sus jefes.

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