El hombre que perseguía al tiempo, de Diane Setterfield.


"El hombre que perseguía al tiempo" Dianne Setterfield; Ed: Lumen. Trad: Rubén Martín Giráldez. 

Me gustó "El cuento número trece". Más que eso. Me cautivó, me embrujó. Es uno de esos libros que releo de cuando en cuando. Incluso puedo citar algún párrafo de memoria. (Puedo, pero no lo hago porque la gente me mira raro).


Me gustó la atmósfera, el amor a los libros que destilaba, la familia completamente disfuncional y perturbadora que sustentaba la historia. 

Por eso, cuando salió publicado "El hombre que perseguía al tiempo" corrí a comprármelo. Si. Corrí.

¿Me ha gustado?
Mnneeeehhh....
No sabría decirlo. 

Así, resumiendo, cuenta la historia de William Bellman. Desde que mata a un grajo con un tirachinas hasta su propia muerte. Cuenta cómo entra a trabajar en la fábrica de textiles de la familia, cómo se hace con el control de ella gracias a su diligencia, cómo forma una familia. Hasta que llega una epidemia de cólera y su felicidad se troca en visitas al cementerio y perplejidad. Allí, en el cementerio conoce a un hombre, Black, que le hace una propuesta. A partir de ahí cambia el negocio de textiles por el negocio funerario. 

Y no cuento más. 

¿Me ha gustado?

La atmósfera es maravillosa, las descripciones de la fábrica de textiles, los colores, la conversión del propio Bellman en un ser embebido por su trabajo me parecen soberbios. Las páginas dedicadas a los grajos son perfectas. 

¿Entonces?

¡El final! ¡El maldito final! Lo leí y no me enteré de nada. ¿Eso era todo? ¿Así terminaba? "El cuento número trece" es una historia primorosamente envuelta en la que al final todas las piezas hacen ¡clac! Aquí me encontré buscando tras las guardas en busca de más páginas. Porque me han faltado páginas; veinte, cincuenta páginas que me explicaran quién era Black, en qué consistió el trato y por qué habían sido tan importantes los grajos. 

Tal vez estuviera espesa, tal vez no prestara atención, tal ve fueran las promesas publicitarias de que se trataba de una historia de fantasmas (no lo es)... El caso es que el desarrollo de la historia me encantó. El final... mneeeeeeehhh.

Aún así, también correré a comprar el tercero. Mientras, releeré "El cuento número trece".

Comentarios

Entradas populares