Sobre libros, calor y seres incorpóreos.

No me gusta el verano. Hace calor. Me quedo pegada a los muebles. Me duele la cabeza. Los días son interminables y las noches espesas.
Por eso, cuando llega el verano cierro las contraventanas, convierto mi casa en la madriguera de un topo y me parapeto en el sofá con una pila de libros.
Así que el fin de semana me armé de valor y salí al calor de  las seis de la tarde en busca de libros gordos, pero no huecos. En estos casos la colección de Las Tres Edades, de Siruela, es un buen sitio en el que buscar. Es la misma colección de "El jardín secreto" y "Caperucita en Manhattan".
Volví a casa cargada con tres libros gordos, entre ellos "El mundo de las sombras" de Ana Ripoll. Era gordo, de tapa dura, tenía una letra agradable para mi vista de miope y aunque últimamente estoy un poco cansada de seres sobrenaturales y de amores imposibles, me lancé.
Y acerté.
Me encanta la primera parte: una joven se va de casa y se instala en Madrid. Narrado con un estilo llano, sencillo, tangible, sin prisas. Sin darte cuenta vas detrás de Perséfone en su búsqueda de trabajo, de piso y de un estudio idóneo.
El viaje a Nueva York es estupendo, lo cuenta con detalle, con calma. Y al mismo tiempo te va enredando en la trama hasta que, al volver a Madrid con Perséfone, se te hacen las doce y media de la noche leyendo.
Con 378 páginas tras las pestañas puedo decir que los amores imposibles no empalagan; los seres sobrenaturales del libro, "las sombras" son distintos de los habituales en las estanterías, lo que supone un cambio agradable;  ¡y es un libro con banda sonora!, con canciones que, a modo de dibujos, van ilustrando algunos pasajes. Me parece muy original.
Resumiendo: me gusta y lo recomiendo.
Cotilleando por Internet descubro que habrá dos más. Tengo curiosidad por verlos.

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