NaNoWriMo 2010 (dos años más tarde)

En octubre del año 2010 descubrí NaNoWriMo. Cincuenta mil palabras en los treinta días que dura noviembre. Sin guión ni red de seguridad de ningún tipo. Me lancé de cabeza.
El punto de partida era sencillo. Meses antes, en un sueño (tópico típico) vi a una niña y a su madre acurrucadas en un barracón frío y oscuro. Simplemente fui tirando del hilo hacia delante y hacia atrás. ¿Cómo habían llegado hasta allí? ¿Qué sería de ellas? ¿Dónde estaban?
No cubrí las cincuenta mil palabras. Pero conseguí terminar el mes con treinta mil palabras acerca de una niña que vivía en una Ciudad permanentemente cubierta de hielo. Creo que el hecho de escribir la historia en noviembre en un pueblecito helado de Teruel tuvo mucho que ver en la ambientación. 
El caso es que terminé la historia. Incluso me lancé a escribir un segundo borrador inmediatamente después. Luego vinieron los exámenes de febrero, el trabajo, más exámenes en junio, el verano, una oposición y otro NaNoWrimo. Mi niña y su Ciudad helada se quedaron aparcadas. 
Después suspendí la oposición y me encontré con que, de repente, me sobraba tiempo por todas partes. Así, pues retomé mi NaNoWriMo 2010. Me leí todo lo que encontré en internet sobre cómo reescribir un primer borrador.
Ay.
Primero lo imprimí.
No tuve valor para releerlo entero.
Luego lo resumí en fichas.
Despejé la mesa del comedor y jugué colocar las fichas. Parecía un trilero jugando con sus cartas trucadas. Alteré escenas, deseché otras, renumeré los capítulos.
Me desesperé.
Luego reescribí todo el manuscrito, pero en lugar de hacerlo por capítulos, lo hice por escenas. Surgieron nuevos personajes. Apareció un nuevo trasfondo, completamente distinto del anterior. 
Lo volví a imprimir todo.
Lo empecé a leer y me pareció malo, deslavazado e infantil. Me sobraban personajes y faltaban escenas. De nuevo, no tuve valor para leerlo entero.
Compré "Pájaro a pájaro", releí "El gozo de escribir".
Indagué en el pasado de algunos personajes que ni siquiera existían en el primer borrador.
Durante una semana encendí el ordenador, miré mi lista de escenas y me desesperé. 
Volví a ordenarlas.
Descarté el nuevo orden y regresé al anterior.
Estas dos últimas semanas, he retocado, borrado, deshecho, divagado. He añadido escenas. He quitado otras. Han aparecido personajes nuevos sin que sepa qué hacen en mi historia.
Hoy he mirado el total de palabras escritas: cuarenta mil doscientas treinta y tres palabras acerca de una niña que vive en una Ciudad permanentemente cubierta de hielo.
Dos años después estoy a diez mil palabras de mi NaNoWriMo 2010. El nuevo borrador sigue siendo malo. Muy malo. Faltan escenas y personajes. Sobran pasajes enteros y algunos protagonistas. Y la trama necesita mucho, mucho trabajo. Pero es menos malo que el anterior y sigo aprendiendo.
De momento, eso me basta.

Comentarios

Entradas populares