Las joyas del paraíso, de Donna Leon.

Caterina es una musicóloga veneciana. Ha recorrido medio mundo y siente deseos de regresar a casa, así que acepta el trabajo que le proponen dos hombres muy turbios: examinar la correspondencia de Agostino Stefanni, un compositor del Siglo XVIII, en busca de un supuesto tesoro que dejó en herencia.
Quizá porque ya había leído un libro anterior de Donna Leon y la conocía por ser una escritora de novela negra, esperaba una típica novela negra con su asesinato o robo, su investigación, alguna persecución y mucho misterio. En mi defensa, debo decir que el resumen de la contrapartida es la que daba a entender.
A medida que avanzaba en el libro tuve que reajustar mis esquemas. Es un libro agradable y muy bien narrado; se nota el oficio de la autora. Pero no es una novela de misterio al uso.
En realidad, creo que el misterio del legado del músico no es más que una excusa para escribirle una carta de amor a la ciudad de Venecia y otra a la Música, las verdaderas protagonistas del libro. Me gustan los libros que te permiten recorrer una ciudad casi calle a calle, que te enseñan los cafés y las contradicciones de quienes los habitan y este lo es.
Sin embargo, a medida que lo leía me ha penado saber tan poquito de música. Estoy convencida de que unos mínimos rudimentos musicales permiten disfrutar el libro a otro nivel. Aún así, me maravilla cómo es posible plasmar por escrito la belleza de algo tan etéreo como la música.
Por cierto, he leído el libro convencida de que trataba sobre un compositor ficticio. Supongo que porque me parece más sencillo investigar la vida inventada de un personaje que investigar una de verdad. 
Resulta que no, que existió de verdad. Acabo de descubrirlo.
No sé por qué me sorprendo, la autora hacía continuas remisiones a internet. Un poco tarde descubro que podría haberme leído el libro mientras escuchaba el aria Niobe de Augostino Steffani. Háganlo ustedes, queridos lectores.
Por cierto, el libro formó parte del regalo de Navidad de mi tía M.Ví. Un beso muy fuerte y un aplauso para ella. 

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