El muñeco de nieve, de Jo Nesbo

Fue una compra que no quisimos hacer. La típica que comienza con una frase del librero que suena algo así como “Tengo algo por aquí que os podría gustar…” y que termina con nosotros cogiendo un libro que no pretendíamos.

Y mira, el librero tenía razón.

“El muñeco de nieve” es una novela policiaca situada en un país del norte, de esos en los que siempre es de noche y hace frío. El protagonista es Harry Dole, un policía descreído y cansado, alcoholizado y con el corazón roto. En este sentido prefiero a los policías del sur; menos trágicos, más prosaicos y, desde luego, con más sentido del humor. 

El caso es que hay alguien que se dedica a matar mujeres y a dejar como única pista un muñeco de nieve. Me di cuenta un poco tarde de quedarse leyendo por la noche una novela sobre un asesino que deja muñecos de nieve con trocitos de las mujeres que mata no es lo mejor para conciliar el sueño.

La novela da saltos en el tiempo y va cambiando de puntos de vista, mostrándonos de cada personaje sólo lo que el autor piensa que es necesario para que nos sigamos mordiendo las uñas. 

Pasamos por varios sospechosos. Y nos creemos que todos ellos podrían ser el asesino. Por supuesto, ninguno lo es. El resultado es una novela desasosegante, de las que te hacen pasar una página tras otra y encender las luces del cuarto.