El arte de pedir, de Amanda Palmer.

Amanda Palmer es una música indie (lo que viene a significar que no está vinculada a ninguna discográfica, toca música que no se escucha por la radio y se promociona a base de kilómetros y conciertos en lugares raros) que logró alcanzar más de un millón de dólares a través del crowfunding (los fans dan la cantidad de quieren a un artista para que saque adelante un proyecto).

"El arte de pedir" es el relato del viaje que la llevó de hacer de estatua callejera a conseguir esa descomunal cantidad de dinero de sus fans y una reflexión acerca de cómo eso fue posible gracias a una red de confianza en sus fans tejida a base de años de dedicación a ellos, de conciertos, paciencia y trabajo. Y, sobre todo, es una reflexión sobre la legitimidad del artista de pedir a cambio de su arte y del arte de aceptar lo que otros le dan. 

Debo decir que el grado de confianza que Amanda Palmer deposita en sus fans, ese exponerse y confiar en la bondad ajena, me da repelús. No es sólo el arrojarse sobre ellos en los conciertos, confiando en que la recogerán y no la dejarán caer al suelo, sino que la transportarán en volandas de vuelta al escenario. No es sólo es ofrecerse a ellos para que escriban en su cuerpo desnudo. Es el compartir con una comunidad de potenciales desconocidos toda su vida a través de su blog, su día a día (minuto a minuto) a través de su cuenta en twitter. Es el ofrecer su alma a sus seguidores en toda su vulnerabilidad confiando en que no se la destrozarán, no se reirán de ella y en que podrá recuperarla intacta. 

El libro es una exposición de años de carrera profesional forjada sobre la entrega, el desinterés y, sobre todo, la gratitud. Es una reflexión sobre la relación del artista con sus seguidores, sobre el derecho del artista de publicitar el propio trabajo y sobre la legitimidad de recibir a cambio de ese trabajo.

Y, aunque no sería capaz de seguir su modo de vida (necesito una estructura en mi día a día y saber dónde voy a dormir cuando salgo de viaje) ni sería capaz de adoptar esa filosofía de confianza ciega, a medida que leía el libro he ido colocando marcadores en las páginas cada vez que me veía capaz de conectar con alguna de sus reflexiones. A continuación, mis favoritas. 

"Una cosa es obvia: cuando se pide, siempre existe la posibilidad de recibir un no por respuesta. Si no permitimos ese no, no estamos pidiendo, estamos suplicando o exigiendo. Sin embargo, es el miedo al no el que impide que muchos abramos la boca".
"Es importantísimo sentirse agradecido con los pocos que se paran a mirar o a escuchar, en lugar de perder energía molestándose con la mayoría que pasa de largo".
"No hay nada honroso en demostrar que puedes cargar con todo el peso sobre tus espaldas. Y además... se siente uno muy solo"
"Y cuando tienes miedo de que te juzguen, no puedes conectar con la gente. Estás demasiado ocupado tratando de impresionarlos"
"No todo el mundo quiere que lo miren. Quiere que lo vean"
Y mi favorita: la idea de la Policía Antifraude. Esa vocecita interior que nos dice que no somos válidos, que no sabemos lo que estamos haciendo, que improvisamos y que, algún día, alguien se dará cuenta y nos desenmascarará frente al mundo. Ni siquiera ella, icono feminista, música de éxito consigue hacerla callar.

Por supuesto esa confianza que deposita en sus seguidores no siempre sale bien. A veces la han dejado caer, a veces ha recibido insultos, amenazas, odio. Sin embargo, sigue confiando. Yo no podría. Me conozco y soy de natural rencorosa y desconfiada. Así que desde aquí, mi admiración.

Nota final: puede encontrarse una charla TED en YouTube con el mismo nombre que le libro. Son sólo doce minutos y uno se queda con ganas de salir a la calle y comenzar a abrazar al primero que pase.

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