Lunes de diccionario. Tonó

tonó

1. m. Hond. capó.

Para pasmo de científicos, empresarios y población en general, los pozos de petróleo sencillamente se secaron. La crisis que siguió a tal acontecimiento fue rápida y brutal, pero agudizó el ingenio;  no en vano, la gente estaba acostumbrada a una serie de comodidades de las que no estaba dispuesta a prescindir. Surgieron nuevas profesiones y Cándido, que aquella mañana fría de noviembre se ataba las zapatillas con un doble lazo, había encontrado una que resultaba ideal para su temperamento inquieto.

Salió de su casa antes de que el sol lo hiciera en el firmamento. La fiambrera en una mano y la ropa para cambiarse después del trabajo en la otra. Bajó la calle y abrió la puerta del garaje comunitario. Le agradó comprobar en la tablilla de asignaciones que aquel día le tocaba el Chevrolet; era de los más espaciosos.

El coche era una belleza, de grandes dimensiones, con su carrocería pulida y ese color pardo, como el pelaje de un topo. Abrió el tonó. Siempre era un placer trabajar en ese coche: estaba limpio y era espacioso. Se colocó en la silla, y comenzó a girar los pedales para ir calentando y poder arrancar en cuanto el dueño llegara.