Marzo en libros y un domingo vago.

Hoy es domingo. 
Un domingo de los vagos, de los que te echas en el sofá y piensas "Debería hacer algo de provecho", pero no lo haces. En un arranque de energía he puesto agua a hervir y me he preparado un te. Y ya. 
T. y yo hemos pasado de estar tirados en la cama al sofá. Él, que pesa cinco kilos y es una nube de pelusa, ocupa el espacio de dos personas. Eso sí, tiene la deferencia de dejarme un rinconcito. Y yo, boba de mi, me dejo porque el perro me tiene sorbido el seso.
Y como tengo el blog abandonado porque en realidad llevo vaga todo el mes, decido hacer un breve repaso de las lecturas del mes. 

La travesía del viajero del Alba, de C.S. Lewis.
Que si, que ya se lo que se dice de estos cuentos hoy. Que si mucha moralina, que si doctrina cristiana mal disimulada... ¡Qué más dará! A mi me encantan. Como todos los clásicos ingleses. ¡Cómo no me va a gustar un autor que dice que los protagonistas son estúpidos e insoportables cuando realmente lo son! Además hay viajes en barco, un ratón fiero y valiente, magos, un dragón mustio y descripciones de grandes banquetes. No sé qué tendrán las descripciones que los banquetes, que siempre me parecen mucho más apetitosos que los de verdad.

Farenheit 451, de Ray Bradbury
Vease reseña en entradas anteriores, que tengo el mes vago. 

Angel Mecánico, de Cassandra Clare.
Precuela de los Cazadores de Sombras. Bastante mejor que los anteriores, pero aún así flojiiiito. La protagonista es insufrible: ahora soy una mujer moderna en la Inglaterra victoriana, ahora soy tímida y dócil; ahora me gusta el chico malo, ahora es demasiado malo y no me gusta. De tan indecisa dan ganar de atizarle en la cabeza con el libro. Los protagonistas masculinos son mucho más atractivos. Pero mucho, mucho más. Son ingeniosos y rezuman mala leche. La aventura que plantea es entretenida, pero para mi gusto se dejan demasiados interrogantes para los dos siguientes libros. ¿Qué tienen de malo las novelas de un solo tomo? 
Aún así, me lo leí de una sentada. Como comerse una hamburguesa en una de esas conocidas cadenas  de comida rápida cuyo payaso corporativo da miedo. Entretiene, pero no nutre.

Y fin. 
Ahora estoy con Días de sangre y resplandor, de Laini Taylor. Disfrutando como una enana. Para las vacaciones de semana santa me reservo a mi adorado Edmund Crispin. Ya estoy salivando. 

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