El pequeño caballo blanco, de Elisabeth Goudge.


El pequeño caballo blanco, de Elisabeth Goudge. Trad: Adolfo Muñoz García y Nieves Martín Azofra. Ed: Salamandra. 

Otro clásico inglés infantil para mi colección. 

Y en la línea de otros comienza con una huérfana, Maria Merriweather, que se ve obligada a irse a vivir con un familiar; en este caso su tío, en una mansión vacía ubicada valle idílico. Tanto la mansión, como el valle, como su propio tío guardan secretos que María, como buena niña obstinada y diligente, se encargará de ir resolviendo. 

A diferencia de otros libros de mi colección de clásicos ingleses, este tiene un trasfondo religioso que es difícil ignorar. Pero dejando eso a un lado, es una lectura agradable. 

Eso sí, como en el resto de libros de mi colección, la presencia de la comida es abrumadora. Y como ejemplos, los siguientes (prepárense para salivar):

"María no había hecho más que aflojar las cintas del sombrero, cuando se abrió la puerta de la cocina y apareció por ella una mujer que llevaba una bandeja de huevos pasados por agua, café, leche, miel, mantequilla y pan casero crujiente". 

"María obedeció y encontró la mesa de la cocina cubierta con un mantel blanco y encima un plato de bizcochos recubiertos de un baño de color rosa, un vaso de leche espumosa y un plato con guirnaldas confitadas".

"Bajaron la escalera y vieron que Robin ya llevaba ropa seca y había preparado la mesa para la merienda. Había pan, mantequilla, miel, nata y pastel de jengibre".

"Cuando llegaron al salón, el espectáculo que ofrecían Sir Benjamin y la señorita Heliotropo, sentados a la mesa ante la chimenea, comiendo cebollitas y chuletas de cerdo, manzanas asadas y natillas..."

"Era increíble lo que había metido en tan pequeño espacio: sándwiches de jamón, de mermelada, panecillos con salchichas, empanadillas de manzana, pastel de jengibre, bollos de azafrán, galletas de mantequilla, rábanos, una pequeña botella de cristal llena de leche, dos platos y dos vasos de carey". 

Y así durante todo el libro....

Si tenemos en cuenta que fue escrito hacia 1946 y que sus destinatarios naturales eran niños, se me ocurren las siguientes conclusiones: 
A) Que por aquél entonces los niños pasaban mucha hambre. 
B) Que la comida más normal (convendrán conmigo en que los panecillos con salchichas distan mucho de los bollicaos de hoy) era considerada un lujo. 
C) Que hasta la sana edad de quince años, las niñas devoraban la comida que se les ponía por delante sin preocuparse por su línea. 
D) Que a los escritores de por aquél entonces les pagaban por palabra y se limitaba a enumerar un alimento tras otro para sumar peniques a su cheque. 

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