Noviembre es para NaNoWriMo.

Pues eso, que llega Noviembre. Y con él, la barbaridad que es NaNoWrimo. 

Este año también participo. 

Y este año hago trampas. 

Se supone que hay que comenzar un proyecto nuevo desde cero e ir añadiendo palabras hasta llegar a 50.000, que es un número bonito, redondo y terrorífico. 

En lugar de eso, retomo mi NaNoWriMo del año 2010. ¿Por qué? Pues porque llevo casi tres años dándole vueltas, remendándolo a base de ratos suelos, escenas inconexas, borradores a medio terminar. Porque le he cogido cariño a la protagonista y creo que se merece una historia mejor que la que le di la primera vez: caótica, sensiblera, llorona... un desastre, vamos. 

Así que la semana pasada me leí el manuscrito original (infumable, por cierto) y el fin de semana preparé unas tarjetitas muy monas. Lo cierto es que me sirvió. Conseguí una idea de conjunto de lo que había escrito, de sus puntos flacos (muchos) y de que podía aprovechar (poco, la verdad). Leí cosas que no recordaba haber escrito. Me enfadé con mi protagonista. ¿Cómo podía alguien pasarse 40.000 palabras sin tomar una sola iniciativa, sin hacer otra cosa que no fuera reaccionar a las acciones de los demás personajes). ¡Y esa historia de amor a medio cocer que lastraba todo el argumento! Mi yo-lectora ha sufrido leyéndolo; he tenido escalofríos, dolores de cabeza e insomnio. 

Esta tarde he actualizado Scrivener, he descargado la plantilla que han preparado para el NaNoWriMo de este año y me he dedicado a preparar un guión. Del manuscrito original sólo se han salvado los seis primeros capítulos y los tres últimos y, aún así, necesitan una reescritura completa. Del resto apenas he conservado unas cuantas ideas. 

Después de semejante poda estoy satisfecha. ¡Quién me lo iba a decir! Parece que los talleres de escritura en los que he participado me han dejando algún poso. Y eso es algo que después del tiempo y del dinero invertido se agradece. 

Así pues, este año hago trampas. A medias porque voy a tener que teclear las 50.000 palabras una detrás de otra. Aún así, estoy muy, muy contenta. Y ahora me voy a pasear a T. que ya se me ha hecho de noche mi lobito me mira con sus ojos como botones pidiendo "¡Calle! ¡Calle!"

¡Feliz NaNoWriMo a los insensatos que participéis!