Tarde de domingo (sin nieve).

Tarde de domingo en M.
Hoy tenía que nevar. Ese es, entre otros, el motivo por el que estoy aquí un día antes. Se supone que estamos en alerta y que esa alerta tiene algún color alarmante. Como todo el país, en realidad. Aquí se suponía que iba a nevar. De momento sólo hemos tenido mucho frío (es increíble el frío que estoy pasando este invierno) y un tipo especial de nieve que los lugareños llaman "matacabras". 
El "matacabras" viene a ser un copito de nieve compacto, algo más pequeño de una lenteja, que cae con mala leche y araña la piel. Nada de los copos esponjosos que caen al suelo como si fueran plumón. No. Este tipo de nieve no tiene nada de romántico. 
De todas formas, he hecho lo que toca en un domingo de nieve. Para empezar, he puesto la calefacción. Y ahí está, quemando. Y aquí estoy yo, corriendo cada poco para comprobar el nivel de gasoleo no vaya a ser que me quede sin, y nieve (no hay que olvidar que estamos en alerta de algún color). 
También he preparado la tetera grande, la roja. Y me temo que me he bebido el te que correspondía a cuatro personas. ¡Qué mas da! Hoy es un día de nieve.
Y, para terminar, he conseguido conectar el DVD. Como este blog no tiene apenas público puedo confesar que yo, que me precio de manejarme con las tecnologías, he conectado los cables rojo, amarillo y azul donde me ha dado la gana y, claro, no se ha visto nada. Una comprobación de las instrucción y ¡ta-chan! Esta tarde de nieve sin nieve me he visto "Ponyo en el acantilado", de Hayao Miyazaki, que es una de las películas de animación más bonitas y dulces que se pueden ver. Con el añadido de que nadie echa a cantar y no hay príncipes que rescaten a princesas. En la películas de Miyazaki las protagonistas femeninos se bastan y se sobran para rescatarse a ellas solas y, de paso, para rescatar al protagonista. 
Ahora T. se las ha arreglado para meterse debajo de unos cojines a dormir. Y yo he escrito la reseña de "Basset", que tenía atrasada desde hace una semana. 
Por cierto, que no he mencionado los libros que tengo encima de la mesa, al lado de la tetera roja. Está "Sueños de dioses y monstruos", de Laini Taylor, que me tiene en vela por las noches. También "La niña que recorrió tierra fantástica en un barco hecho por ella misma", que tiene uno de los mejores títulos que he leído últimamente y una portada digna de enmarcar.
Por gentileza de mi padre, y para iniciarme en el mundo de la poesía que, en mi caso, es una gran desconocida, encima del montón tengo a Walt Wiltman, con "Hojas de hierba" y a Cavafis, con su "Poesía completa". 
En resumen: tengo un DVD que funciona, un montón de películas de Miyazaki, y unos cuantos libros. Si, finalmente nieva y T. y yo no podemos salir de casa, tengo entretenimiento para un rato. 

Comentarios

Entradas populares