Lunes de diccionario. Val.

val
Apóc.
1. m. valle.




Señoras, señores, bienvenidos al Val D’Anante.
Por favor, mantengan brazos y piernas dentro de las cabinas mientras dure el recorrido. 
Presten atención. A su derecha, allí donde las manzanas, todavía en los árboles, despliegan todo su aroma. Aspiren sin miedo. Llénense los pulmones de este aroma dulzón. Recuerden que si alguno siente mareos o sofocos disponemos de una cabina de aislamiento. No duden en acudir si lo necesitan. 
¿Están todos bien? Estupendo.
Ahora miren a su derecha, un poco abajo, allí donde discurre el río. El Val D’Anante tiene uno de los últimos suelos fértiles que quedan y esto se ve en la calidad de los productos que produce la huerta: tomates y pimientos, pepinos, lechugas, espinacas. Todos llenos de vitaminas naturales y de un sabor como  no han paladeado nunca. 
¡Ah, fíjense! El viento está agitando los cerezos. No se asusten si escuchan un zumbido súbito y persistente. Son abejas. En el Val D’Anante todavía se conservan unas cuantas colmenas salvajes. Eviten movimientos bruscos y no les sucederá nada malo. 
Ahora, presten atención. Dejamos atrás el Val a través del túnel para entrar directamente en la planta de procesado. Aquí secamos, destilamos y extrusionamos todos estos maravillosos productos para producir nuestros mundialmente famosos concentrados. Recuerden que a la salida podrán adquirir todos los cubitos de caldo que deseen, así como zumos y gelatinas. Todos repletos de la mejor sustancia del valle. 
Y si alguno de ustedes es especialmente osado, tenemos finas lonchas de tomate. ¿Alguno se atreverá a dar un bocado? ¿Ninguno?

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