Sugerencias



—¡Hola a todos! ¿Si? Nos vamos sentando, por favor. Agustín, Jimena, si sois tan amables… Os veis todos los días, la verdad, no es posible que tengáis tanto de que hablar. ¿Estamos todos? Bien. Es un placer volver a veros a todos en esta nueva edición del Club de Lectura Barrio Norte. Veo alguna cara nueva ¿Una? Si, una seguro. Me habían dicho dos. Antes de nada, este año tenemos que lamentar alguna baja, pero como digo siempre, aquí admitimos a todo el mundo y no hacemos preguntas, ni cuando alguien llega ni cuando decide marcharse. Bien ¿Os ha llegado a todos la lista de propuestas? Bien. Como veis he hecho una preselección de veinte lecturas, que tendremos que acortar a las quince sesiones del Club. Se admiten sugerencias, por supuesto. ¿Si, Jimena?
— Lucio, querido, es un placer verte y escucharte, como de costumbre. Pero he pensado que este año podríamos ordenar las lecturas por género. 
— El orden ha sido cronológico desde que comenzamos este taller y nunca ha dado problemas. Es una cuestión de coherencia. No te entiendo cuando dices “género”. Este es un taller de narrativa. Sabes que no tratamos poesía ni teatro. 
—Ni ensayo ni biografías, ya lo sé. A mi también me dan sueño. Pero sólo leemos un tipo de narrativa y, francamente, creo que con un poco más de variedad conseguiríamos más gente. Y sería más entretenido, la verdad.
—Este es un taller de narrativa serio. Siempre lo ha sido. No pienso meter en la lista un premio Planeta. Si eso es lo que quieres, Jimena, hay otros muchos clubes por ahí. 
—No te sulfures, Lucio, que te sube el azúcar. Y no pongas melodramático. No te estoy hablando de leernos un Planeta. Pero entre Herman Hesse y un superventas hay todo un mundo.
—Insisto: narrativa seria. Puede que tu no te des cuenta pero dedico mucho tiempo a seleccionar los libros de la lista.
—Y estoy segura de que los seleccionas entre los más gordos y pesados que encuentras.
—Hesse es una autoridad. 
—Y Gorki también. Y cuando lo debatimos ya te di mi opinión: perfecto para calzar la mesa. Con leerlo una vez tengo más que suficiente. 
—¿Y qué propones? ¿Rebajar el nivel?
—Pero mira que eres relamido cuando quieres. Te estoy proponiendo a Ellery Queen, a Philip K. Dick, a Tolkien…
—¿Detectives, marcianos y duendes?
—Y algo de romance y de crítica social. Piensa en Austen, en Elisabeth Gaskell.
—¡Ah, estupendo! Ahora novela romanticona. Pasa eso puedes verte la serie de las cuatro. 
—Ya lo hago, querido. Es estupenda para echarse la siesta. Haz un esfuerzo, Lucio. Te estoy hablando de pesos pesados: H. G Wells, Agatha Christie, Bradbury, Julio Verne, … Si fueras un poco aventurero te propondría a Jemisin y a Mieville, pero no quiero abusar. 
— Definitivamente, no. Cree este Club hace…
— Hace veinte años, lo sabemos.
— Hace veinte años, exacto. Es uno de los más antiguos del país. Y tiene un prestigio y un nivel. Antes muerto que renunciar a eso. 
—Muerto no lo sé. Pero sólo seguro que sí. ¿No ves que cada años somos menos? La gente de nuestra edad ya no está para según qué castigos. Y la gente joven tiene otros gustos. No te digo que cambies todo el listado, pero hay quince sesiones. Cede algunas. 
—No. Ni hablar. Si no te gusta el listado, eres libre de marcharte. Como te he dicho, no hacemos preguntas. 
—¡Eres el hombre más irritante que he conocido! ¡Y he conocido a muchos! De verdad que no me explico como alguien puede ser tan leído y tan estrecho de miras. Me sorprende que te crezcan pelillos en las orejas y no telarañas.  
—¡Si vamos a faltar al respeto…!
—Serénate. En estos veinte años nos hemos dicho cosas mucho peores. Pero no me dejas alternativa. Necesitas a siete personas para mantener el Club abierto y si me marcho yo quedáis seis. Y dudo mucho que vayas a conseguir a alguien más. 
—No te atreverás. 
—Quiero siete sesiones. 
—No te daré siete sesiones. 
—En ese caso, caballeros, si me permiten el paso…
—¡Espera!
—¿Sí?
—Tres sesiones. 
—Seis.
—Cinco. Y no admitiré nada escrito a partir de 1950. 
—Eso lo decidiré yo. Pero te prometo que no habrá nada escrito a partir del dos mil. Por ahora. 
—Bien, bien. Decidido entonces. Lamento enormemente que nuestra nueva incorporación haya tenido que presenciar esto. Puedo asegurarte que somos seres civilizados y dialogantes, pero por hoy no admitiremos más sugerencias.


Comentarios

Entradas populares