Lunes de diccionario. Penqueada.

penqueada

1. f. coloq. El Salv. y Hond. paliza (‖ serie de golpes).

2. f. coloq. El Salv. y Hond. paliza (‖ esfuerzo que produce agotamiento).

Gigante Giménez era un matón. Lisa y llanamente. Se dedicaba a amedrentar, a dar palizas y a extorsionar por encargo.

Al contrario que otros de sus compañeros, no disfrutaba especialmente con su profesión, pero estaba bien pagada y a él le gustaba tener cosas bonitas y viajar. 

En lo que sí se diferenciaba del resto era en su profesionalidad. Al aceptar un trabajo sometía a su cliente a un interrogatorio concienzudo para saber qué debía hacer y hasta donde debía llegar. Cuando sus clientes protestaban les hablaba de la economía de medios y de esfuerzo. Si uno solo quería una nariz rota, de nada servía romper una pierna. Los excesos no eran buenos ni para el que pagaba los golpes, ni para el que los recibía. 

Aquella noche, los muñecos para practicar los golpes, a los que llamaba “dolientes”, se amontonaban en un rincón de su taller, junto con varas, bates y guantes de boxeo. 

La última cliente le estaba dando problemas. Había sido tan específica con respecto a los daños que debía infligir que Gigante Giménez se había visto obligado a ir a una librería de viejo para adquirir un atlas de anatomía.

Ahora, a las tres de la madrugada, resoplaba entre libros y hojas llenas de anotaciones. Se levantó y preparó otra cafetera, obligándose a pensar en la satisfacción del trabajo bien hecho y en una cuenta bancaria bien nutrida.