Ray Bradbury y un año con cincuenta y dos cuentos.

Proponía Ray Bradbury escribir cincuenta y dos cuentos al año, uno por semana, sobre la base de que no era posible escribir cincuenta y dos malos cuentos seguidos. La cantidad llevaría necesariamente a la calidad. 
Y pensé en intentarlo. Siempre había querido probar lo de comenzar el año con un nuevo reto y este parecía hecho para mí. El planteamiento era publicar cada lunes un microcuento cuya inspiración estuviera en una palabra seleccionada al azar del diccionario. Para evitar abrir siempre el diccionario por la misma página decidí usar la aplicación de la RAE en su opción aleatoria; y no valía cambiar de palabra. Esto provocó algunos atascos pero al final, para mi sorpresa, siempre terminaba saliendo algo. 
Lo de publicar los cuentos todos los lunes fue más complicado. Yo llevaba la idea de pensar el cuento y redactarlo durante la semana y pulirlo los domingos para que estuviera listo para publicarlo los lunes. Creo que hasta el mes de abril o mayo fui cumpliendo con algún retraso puntual. En verano me pudieron la pereza y el calor y el atasco fue tal que pensé en dejar el reto. En octubre, con el regreso del otoño lo que me pudo fue el amor propio, así que lo retomé y tuve que recuperar el tiempo perdido escribiendo dos o tres cuentos por semana.
Buscar las ilustraciones ha sido de lo más entretenido. He descubierto que tengo debilidad por las ilustraciones antiguas de historia natural y por todo lo que tenga chispas, niebla y rayos.
¿El resultado? Desigual, supongo. Hay cuentos de los que estoy contenta y otros que borraría si pudiera. He tenido palabras que daban mucho juego y palabras que no sabía como afrontar. He conseguido alguna idea nueva y he tenido la sensación, también, de dar vueltas en torno a las mismas ideas y personajes una y otra vez.
Y no he conseguido escribir un cuento por semana. He tenido semanas vacías y semanas de varios cuentos. De todas formas, si tenemos en cuenta que el objetivo de todo esto eran la constancia y la cantidad, creo que el reto puede considerarse cumplido. 
Lo siguiente sería pasar de microcuentos a cuentos. Iremos viendo, pero si ya me ha costado escribir  cuentos de pocas líneas parece poco probable que consiga mantener el ritmo con cuentos de varias páginas. Tendré que buscar un nuevo reto para mantenerme ocupada.

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